"Yo soy el Papa y le pido que se siente", le insistió al agente, quien se resistía; después le acercó un sándwich
Los gestos de cortesía y los desvíos del protocolo siguen marcando el pontificado de Francisco, lo cual despierta ya no sólo la alerta de los encargados de su seguridad. Ayer, el Papa sorprendió a los guardias suizos que protegen el Vaticano, cuando le acercó una silla a uno de ellos y le llevó un sándwich, disconforme con la idea de que el hombre haya estado de pie toda la noche....
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