¿UNA RELIGIÓN DE CLUB DEPORTIVO?
Por José María Maruri, SJ
1. - No hace mucho tuve la grata sorpresa de tener que parar el coche en un camino regional para dejar atravesar la carretera a un rebaño de ovejas. Esto ya no es tan frecuente como hace 50 años, cuando en Madrid, en la misma calle de Alcalá y en el Paseo de la Castellana eran caminos señalados –cañadas reales—para la emigración de estos simpáticos y malolientes rebaños. Cabezas pegadas a los cuerpos, unas de otras, todas muy apiñadas. Y tras la que se rezaga, o se desvía, sale el perro juguetón, que con cariñoso mordisco, la mete en vereda...
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