domingo, 24 de marzo de 2013

Comentario a la 1a. y 2a. lectura por José Enrique Galarreta S.J.



ISAÍAS 50, 4-7
El Señor Yahveh me ha dado lengua de discípulo, para que haga saber al cansado una palabra alentadora. Mañana tras mañana despierta mi oído, para escuchar como los discípulos; el Señor Yahveh me ha abierto el oído.
Y yo no me resistí, ni me hice atrás. Ofrecí mis espaldas a los que me golpeaban, mis mejillas a los que mesaban mi barba. Mi rostro no hurté a los insultos y salivazos. Pues que Yahveh habría de ayudarme para que no fuese insultado, por eso puse mi cara como el pedernal, a sabiendas de que no quedaría avergonzado.
Se trata del "tercer cántico del Siervo". Es la perfecta introducción al relato de la pasión, y la corrección más enérgica a todo sentido externamente triunfal del Reino de Cristo. Y resulta impresionante lo directamente que puede ser aplicado a Jesús en la Pasión. Nos sirve como una perfecta lectura profética de la Pasión, e incluso del drama de la angustia de Getsemaní y del desamparo de la cruz...

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