Paradigma de dialogo fe y cultura
Lo ignaciano se realiza desde una antropología integral
(Agustín Ortega).- Ignacio de Loyola, el ser humano y el santo, el místico y el hombre de acción, el pobre humilde y fundador de una las instituciones más significativas de la historia de la iglesia. No hay oposición entre estas diversas facetas de la persona en Ignacio. Al contrario.
Ya que él supo integrar, en una síntesis, lo mejor de un humanismo espiritual, que con sus semillas en la renovación medieval con el movimiento mendicante de Francisco de Asís y Santo Domingo, fue floreciendo entrada la edad moderna con la época del renacimiento. Efectivamente en aquel tiempo convulso, con el surgimiento de la reforma de Lutero y el humanismo de Erasmo o Tomás Moro, Ignacio acogió e integró lo mejor de este humanismo renacentista con lo más fecundo de la espiritualidad cristiana, sin rupturas humanas ni espirituales o eclesiales...
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