"Si el nombre es 'soy cristiano', el apellido es 'pertenezco a la Iglesia'"
"No podemos salvarnos solos. No se puede amar a Dios fuera de la Iglesia"
(José M. Vidal).- Francisco tiene el don de recorrer la Plaza de San Pedro, siempre llena, y fijarse en todos y, a la vez, en algunos. Mira y distingue y elige los momentos y las personas con las que detenerse y a las que hacer un gesto de especialísima cercanía. Y lo hace sobre la marcha, dejándose guiar por las mociones del Espíritu.
Como siempre, los "descartados" son sus preferidos: Ancianos, niños y enfermos.Bendice a todos, pero no en masa. Individualizadamente. Personifica.
En la audiencia participó una peregrinación de la archidiócesis de Madrid, liderada por el cardenal Rouco Varela que, al final de la misma, abrazó al Papa.
Comienza la oración, con la introducción del Papa y la lectura del libro de los Salmos: "Reconoced que sólo Dios es el Señor...El nos hizo y somos suyos, su pueblo y ovejas de su rebaño...Alabad y bendecid su nombre"
Algunas frases de la catequesis del Papa sobre la Iglesia
"Hoy hay otro gran grupo de peregrinos conectados con nosotros en el aula Pablo VI...por la amenaza de lluvia era más prudente que estuviesen allí...Rezaremos especialmente por ellos"
"Dios tiene mucha paciencia"
"Hoy hablaremos sobre la pertenencia a la Iglesia"
"No somos cristianos a título individual por cuenta propia"
"Nuestra identidad cristiana es pertenencia"
"Es como un apellido. Si el nombre es soy cristiano, el apellido es pertenezco a la Iglesia"
"Dios nos llama a entrar en esta relación de Dios con su pueblo que nos precede"
"Nadie se torna cristiano por sí mismo. No se hacen cristianos en laboratorio. El cristiano es parte de un pueblo que viene de lejos. El cristiano pertenece a un pueblo que se llama Iglesia"
"Otros, antes que nosotros, vivieron la fe y nos la transmietieron"
"La fe la hemos recibido de nuestros padres y de nuestros antepasados"
"Los rostros de nuestros padres o de los familiares que nos enseñaron a santiguarnos"
"Recuerdo siempre a la monja que me dio la catequesis"
"O el rostro del párroco"
"Esto es la Iglesia: una gran familia"
"En la Iglesia no existe el 'hazlo-tu-mismo'..."
"Creo en Jesús, pero la Iglesia no me interesa...Esto no vale"
"Son tentaciones peligrosas, son dicotomías absurdas"
"Caminar juntos, a veces, puede resultar fatigoso"
"Recordad bien: ser cristiano significa pertenencia a la Iglesia"
"No podemos salvarnos solos. No se puede amar a Dios fuera de la Iglesia. No podemos ser buen cristianos sin estar unidos a todos los demás".
Saludo del Papa en español
Saluda especialmente a los peregrinos de la archidiócesis de Madrid y de otros países latinoamericanos. "Nadie juega de libero. Somos un pueblo que camina", recuerda.
Queridos hermanos y hermanas
Dios ha querido formar un pueblo que lleve su bendición a todos los pueblos de la Tierra. En Jesucristo, lo establece como signo e instrumento de unión de los hombres con Dios y entre ellos. De ahí la importancia de pertenecer a este pueblo.
Nosotros no somos cristianos a título individual, cada uno por su cuenta. Nuestra identidad es pertenencia. Decir «soy cristiano» equivale a decir: «Pertenezco a la Iglesia». Soy de ese pueblo con el que Dios estableció desde antiguo una alianza, a la que siempre es fiel. De aquí nuestra gratitud a los que nos han precedido y acogido en la Iglesia, quienes nos han transmitido la fe, enseñado a rezar y pedido para nosotros el Bautismo. Nadie se hace cristiano por sí mismo. La Iglesia es una gran familia, que nos acoge y nos enseña a vivir como creyentes y discípulos del Señor. Y no sólo somos cristianos gracias a otros, sino que únicamente podemos serlo junto con otros. En la Iglesia nadie va «por libre». Quien dice creer en Dios pero no en la Iglesia, tener una relación directa con Cristo fuera de ella, cae en una dicotomía absurda. Dios ha confiado su mensaje salvador a personas humanas, a testigos, y se nos da a conocer en nuestros hermanos y hermanas.
Dios ha querido formar un pueblo que lleve su bendición a todos los pueblos de la Tierra. En Jesucristo, lo establece como signo e instrumento de unión de los hombres con Dios y entre ellos. De ahí la importancia de pertenecer a este pueblo.
Nosotros no somos cristianos a título individual, cada uno por su cuenta. Nuestra identidad es pertenencia. Decir «soy cristiano» equivale a decir: «Pertenezco a la Iglesia». Soy de ese pueblo con el que Dios estableció desde antiguo una alianza, a la que siempre es fiel. De aquí nuestra gratitud a los que nos han precedido y acogido en la Iglesia, quienes nos han transmitido la fe, enseñado a rezar y pedido para nosotros el Bautismo. Nadie se hace cristiano por sí mismo. La Iglesia es una gran familia, que nos acoge y nos enseña a vivir como creyentes y discípulos del Señor. Y no sólo somos cristianos gracias a otros, sino que únicamente podemos serlo junto con otros. En la Iglesia nadie va «por libre». Quien dice creer en Dios pero no en la Iglesia, tener una relación directa con Cristo fuera de ella, cae en una dicotomía absurda. Dios ha confiado su mensaje salvador a personas humanas, a testigos, y se nos da a conocer en nuestros hermanos y hermanas.
***
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los peregrinos de la Archidiócesis de Madrid y de La Escuela Franciscana, de San Pedro Sula, así como a los demás grupos provenientes de España, México, Honduras, Colombia, Chile, Argentina y otros países latinoamericanos. Recuerden que, como cristianos, no podemos prescindir de los demás, de la Iglesia; no podemos salvarnos por nosotros solos. (Palabras improvisadas) Muchas gracias.
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los peregrinos de la Archidiócesis de Madrid y de La Escuela Franciscana, de San Pedro Sula, así como a los demás grupos provenientes de España, México, Honduras, Colombia, Chile, Argentina y otros países latinoamericanos. Recuerden que, como cristianos, no podemos prescindir de los demás, de la Iglesia; no podemos salvarnos por nosotros solos. (Palabras improvisadas) Muchas gracias.
Texto completo de la catequesis del Papa
Queridos hermanos y hermanas,
en la primera catequesis sobre la Iglesia, el miércoles pasado, hemos iniciado de la iniciativa de Dios que quiere formar un pueblo que lleva su bendición a todos los pueblos de la tierra. Comienza con Abraham y después, con mucha paciencia -- y Dios la tiene, tiene mucha-- prepara este pueblo en la Antigua Alianza hasta que, en Jesucristo, lo constituye como signo e instrumento de la unión de los hombres con Dios y entre ellos.
Hoy queremos detenernos sobre la importancia, para el cristiano, de pertenecer a este pueblo. Hablamos de la pertenencia a la Iglesia. No estamos solos y no somos cristianos a título individual, cada uno por su cuenta: ¡nuestra identidad cristiana es pertenencia! Somos cristianos porque nosotros pertenecemos a la Iglesia.
Es como un apellido: si el nombre es 'soy cristiano' el apellido es 'pertenezco a la Iglesia'. Es muy bonito darse cuenta cómo esta pertenencia sea expresada también en el nombre que Dios se atribuye a sí mismo.
Respondiendo a Moisés, en el episodio estupendo de la zarza ardiente, se define como el Dios de los padres, --no dice yo soy el Omnipotente-- Dios de Abraham, Dios de Isaac, Dios de Jacob. De esta forma Él de manifiesta como Dios que ha hecho una alianza con nuestros padres y permanece siempre fiel a su pacto, y nos llama a entrar en esta relación que nos precede.
Esta relación de Dios con su pueblo nos precede a todos nosotros, desde aquel tiempo. En este sentido, el pensamiento va en primer lugar, con gratitud, a aquellos que nos han precedido y que nos han acogido en la Iglesia.
¡Nadie se hace cristiano por sí mismo! ¿Está claro esto? Nadie se hace cristiano por sí mismo. No se hacen cristianos en el laboratorio. El cristiano es parte de un pueblo que viene de lejos. El cristiano pertenece a un pueblo que se llama Iglesia y esta Iglesia la hace cristiano por el bautismo, ¿se entiende? Y después con el recorrido de la catequesis, y tantas cosas. Pero nadie, nadie, se hace cristiano por sí.
Sí nosotros creemos, si sabemos rezar, si conocemos al Señor y podemos escuchar su Palabra, si lo sentimos cerca y lo reconocemos en los hermanos, es porque otros, antes que nosotros, han vivido la fe y después nos la han transmitido, la fe la hemos recibida de nuestros padres, de nuestros antepasados y ellos nos la han enseñado.
Si lo pensamos bien, quién sabe cuántos rostros queridos nos pasan delante de los ojos, en este momento: puede ser el rostro de los padres que han pedido para nosotros el bautismo; el de nuestros abuelos o algún familiar que nos ha enseñado a hacer el signo de la cruz y a recitar las primeras oraciones.
Yo siempre recuerdo mucho el rostro e la religiosa que me ha enseñado el catecismo y siempre me viene, está en el cielo seguro porque es una mujer santa, yo la recuerdo siempre y doy gracias a Dios por esta religiosa. O el rostro del párroco, de otro sacerdote, o de una religiosa, de un catequista, que nos ha transmitido el contenido de la fe y nos ha hecho crecer como cristianos. Esta es la Iglesia: es una gran familia en la cual se es acogido y se aprende a vivir como creyentes y discípulos del Señor.
Este camino lo podemos vivir no sólo gracias a otras personas, sino junto a otras personas. En la Iglesia no existe el 'hazlo tú', no existen 'bateadores libres'. ¡Cuántas veces el papa Benedicto ha descrito la Iglesia como un 'nosotros' eclesial! A veces sucede que se oye a alguien decir: "yo creo que Dios. Creo en Jesús, pero la Iglesia no me interesa..." ¿Cuántas veces hemos oído esto? Y esto no va.
Hay quien afirma poder tener una relación personal, directa, inmediata con Jesucristo fuera de la comunión y de la mediación de la Iglesia. Son tentaciones peligrosas y dañinas. Son, como decía, el gran Pablo VI, dicotomías absurdas. Es verdad que caminar juntos es laborioso, y a veces puede resultar cansado: puede suceder que algún hermano o alguna hermana nos dé problemas, o escándalo... Pero el Señor ha confiado su mensaje de salvación a las personas humanas, a todos nosotros, a los testigos; y es en nuestros hermanos y hermanas, con sus dones y sus límites, que viene a nuestro encuentro y se hace reconocer.
Y esto significa pertenecer a la Iglesia. Recordadlo bien, ser cristiano significa pertenecer a la Iglesia. El nombre es cristiano, el apellido es pertenencia a la Iglesia.
Queridos amigos, pidamos al Señor, por intercesión de la Virgen María, Madre de la Iglesia, la gracia de no caer nunca en la tentación de pensar poder prescindir de los otros, poder prescindir de la Iglesia, poder salvarnos solos, de ser cristianos de laboratorio. Al contrario, no se puede amar a Dios sin amar a los hermanos; no se puede amar a Dios fuera de la Iglesia, no se puede estar en comunión con Dios sin estarlo con la Iglesia y no podemos ser buenos cristianos si no junto a todos aquellos que buscan seguir al Señor Jesús, como un único pueblo, un único pueblo, y esto es la Iglesia. Gracias.
En la Iglesia no existe el “hazlo solo” o los “jugadores libres”. Si el nombre es “cristiano”, el apellido es “pertenezco a la Iglesia”, el Papa en la Catequesis
Escuchar audio, aquí
Saludo del Papa a los enfermos antes de la Audiencia
Escuchar audio aquí
El Papa en la audiencia: No se puede ser cristiano por tu cuenta
El Papa Francisco comenzó su última audiencia antes del verano en el aula Pablo VI. Allí saludó a los enfermos y ancianos.
PAPA FRANCISCO
"Con este tiempo, entre el calor y el riesgo de lluvia era mejor que ellos se quedaran en el aula. Están conectados con nosotros a través de la pantalla, de este modo podemos estar unidos en la misma audiencia”.
Después, el Papa recorrió la Plaza de San Pedro durante casi media hora saludando a los peregrinos.
Francisco empezó su catequesis pidiendo oraciones por los ancianos y enfermos. Después explicó en qué consiste ser miembro de la Iglesia. Dijo que ser cristiano es como un apellido y explicó cómo se adquiere esa identidad.
PAPA FRANCISCO
"Nadie es cristiano por su cuenta, ¿está claro? Nadie es cristiano por su cuenta. No se hacen cristianos en el laboratorio. El cristiano es parte de un pueblo que viene de lejos, pertenece al pueblo de la Iglesia”.
El Papa dijo que la Iglesia es una familia en la que se aprende a ser discípulos de Jesús. Añadió que los cristianos tienen que estar agradecidos a quienes les han transmitido la fe, como los padres, sacerdotes o catequistas.
PAPA FRANCISCO
"Yo me acuerdo bastante de la cara de la religiosa que me enseñó el catecismo. Estará en el Cielo porque era una mujer santa. Siempre me acuerdo de ella y doy gracias a Dios por esta religiosa”.
Francisco explicó que no es posible creer en Dios y en Jesús pero no en la Iglesia. Dijo que es una "dicotomía absurda”. Añadió que cada uno tiene una relación con Dios personal pero no privada, porque se enriquece en la comunión con los demás que Jesús quiso para su Iglesia.
El Papa Francisco explica en qué consiste pertenecer a la Iglesia en la audiencia general
(-SÓLO VÍDEO-) Durante la audiencia general del miércoles, el Papa Francisco habló de la pertenencia a la Iglesia. Dijo que nadie es cristiano por sí mismo, sino que cada uno es parte de una comunidad que recibe la fe de quienes le preceden. Añadió que la Iglesia es fuente de unidad y que los cristianos deben cuidar de sus hermanos y hermanas.
RESUMEN DE LA CATEQUESIS DEL PAPA EN ESPAÑOL
Queridos hermanos y hermanas:
Dios ha querido formar un pueblo que lleve su bendición a todos los pueblos de la Tierra. En Jesucristo, lo establece como signo e instrumento de unión de los hombres con Dios y entre ellos. De ahí la importancia de pertenecer a este pueblo.
Nosotros no somos cristianos a título individual, cada uno por su cuenta. Nuestra identidad es pertenencia. Decir «soy cristiano» equivale a decir: «Pertenezco a la Iglesia». Soy de ese pueblo con el que Dios estableció desde antiguo una alianza, a la que siempre es fiel. De aquí nuestra gratitud a los que nos han precedido y acogido en la Iglesia, quienes nos han transmitido la fe, enseñado a rezar y pedido para nosotros el Bautismo.
Nadie se hace cristiano por sí mismo. La Iglesia es una gran familia, que nos acoge y nos enseña a vivir como creyentes y discípulos del Señor. Y no sólo somos cristianos gracias a otros, sino que únicamente podemos serlo junto con otros.
En la Iglesia nadie va «por libre». Quien dice creer en Dios pero no en la Iglesia, tener una relación directa con Cristo fuera de ella, cae en una dicotomía absurda. Dios ha confiado su mensaje salvador a personas humanas, a testigos, y se nos da a conocer en nuestros hermanos y hermanas.
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los peregrinos de la Archidiócesis de Madrid y de La Escuela Franciscana, de San Pedro Sula, así como a los demás grupos provenientes de España, México, Honduras, Colombia, Chile, Argentina y otros países latinoamericanos.
Recuerden que, como cristianos, no podemos prescindir de los demás, de la Iglesia; no podemos salvarnos por nosotros solos. Muchas gracias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario