Ante este tiempo de incertidumbres en que solo estamos seguros de que no hay certezas sobre el futuro, quienes nos relacionamos con el ámbito educativo nos hacemos preguntas como ¿quién pasará el curso? ¿Lograremos terminar los temas y los programas? ¿Tendremos un periodo vacacional antes de volver a la normalidad? Y en esas preguntas que parecen triviales, quizá esperamos responder a lo urgente y de alguna manera a lo que creemos necesario. Sin embargo, como ha sucedido con muchas organizaciones, la realidad ha superado los sistemas educativos y entre tantas preocupaciones, que van desde los problemas económicos hasta la pérdida de seres queridos, parece obvio pensar que el estudio y el aprendizaje no tienen cabida en estos tiempos, incluso algunos dicen que «hay cosas más importantes que los temas educativos», pero ¿qué es lo que en verdad importa?
Si bien es cierto que hay temas que nos inquietan, también es cierto que pocos están en nuestras manos. Algo en lo que sí podemos decidir es en qué emplear el tiempo que pasamos en casa.
Ahora se puede ver con más claridad que, las asignaturas en que posiblemente obtuvimos la calificación más alta en la escuela porque no eran importantes, como el arte, la educación emocional, el deporte, e incluso la religión, son las que en esta situación nos ofrecen alternativas para sobrellevar la cotidianeidad y mantener nuestras mentes ocupadas o tener un buen tema de conversación con las personas que, al habitar en la misma casa, viven los mismos sucesos que yo a lo largo del día.
Si algo podemos aprovechar en estos días es la riqueza de poder leer, explorar temas desconocidos, ver conferencias, entre otras cosas para las que antes no teníamos tiempo. Pero no se trata de consumir las ideas de otros para pasar el tiempo, sino de hacer del estudio el acto de crear y recrear las ideas, como decía el pedagogo brasileño Freire. Y es que mientras sucede la pandemia y después de ella el mundo no será el mismo y tendremos que ofrecer a nuestra cotidianeidad nuevas ideas que nos hagan más humanos.
Si bien es cierto que hay temas que nos inquietan, también es cierto que pocos están en nuestras manos. Algo en lo que sí podemos decidir es en qué emplear el tiempo que pasamos en casa.
Ahora se puede ver con más claridad que, las asignaturas en que posiblemente obtuvimos la calificación más alta en la escuela porque no eran importantes, como el arte, la educación emocional, el deporte, e incluso la religión, son las que en esta situación nos ofrecen alternativas para sobrellevar la cotidianeidad y mantener nuestras mentes ocupadas o tener un buen tema de conversación con las personas que, al habitar en la misma casa, viven los mismos sucesos que yo a lo largo del día.
Si algo podemos aprovechar en estos días es la riqueza de poder leer, explorar temas desconocidos, ver conferencias, entre otras cosas para las que antes no teníamos tiempo. Pero no se trata de consumir las ideas de otros para pasar el tiempo, sino de hacer del estudio el acto de crear y recrear las ideas, como decía el pedagogo brasileño Freire. Y es que mientras sucede la pandemia y después de ella el mundo no será el mismo y tendremos que ofrecer a nuestra cotidianeidad nuevas ideas que nos hagan más humanos.
Ana Arceo
pastoralsj
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