sábado, 6 de septiembre de 2025

JESUITAS: El padre Richard D’Souza nombrado director del Observatorio Vaticano



El papa León XIV ha nombrado al padre Richard D'Souza, SJ, director del Observatorio Vaticano. El padre D'Souza, que forma parte del personal del Observatorio desde 2016, sucede al hermano Guy Consolmagno, SJ, cuyo mandato finaliza en septiembre de 2025.

El padre D'Souza es originario de la región de Goa, en la India. Ingresó a la Compañía en 1996 y fue ordenado sacerdote en 2011. Es doctor en astronomía, con una investigación centrada en el fenómeno de la fusión de galaxias y sus efectos en las propiedades de galaxias como la Vía Láctea.

En esta entrevista, el P. D'Souza comparte sus reflexiones sobre su nuevo cargo y la larga tradición de la presencia jesuita en el Observatorio Vaticano.

1. La Specola Vaticana tiene una larga y rica historia y puede considerarse una de las formas en que la Iglesia demuestra su apoyo a la «ciencia verdadera y sólida» (cf. Papa León XIII). ¿Cómo ve usted que se vive esta misión hoy en día?

La principal forma de vivir esta misión es realizar la mejor investigación científica posible. A través de los equipos y proyectos científicos en los que participamos, los artículos de investigación que publicamos, las conferencias científicas que organizamos o a las que asistimos y las amistades que mantenemos con nuestros colegas científicos, somos testigos del apoyo de la Iglesia a la «ciencia verdadera y sólida». Históricamente, nos hemos limitado a la astronomía, pero hoy en día nos estamos expandiendo poco a poco a otras disciplinas científicas afines, como la física teórica y la meteorología/ciencia del clima.

En la década de 1980, el papa Juan Pablo II encargó formalmente al observatorio que promoviera además el diálogo entre la ciencia y la fe en las universidades católicas de todo el mundo. Esto dio lugar a una serie de seminarios sobre «la acción divina en el universo» en colaboración con el Centro de Teología y Ciencias Naturales (CTNS). Hoy en día, nuestros miembros siguen participando en numerosas iniciativas a nivel académico, para promover el diálogo entre la ciencia y la fe a través de artículos, seminarios y reuniones. Una parte importante de nuestro esfuerzo se dedica también a la educación didáctica de la Iglesia, a través de seminarios, tanto en línea como presenciales, sobre la compatibilidad entre la fe y la ciencia.

2. Usted es jesuita, y la Specola tiene una tradición de contar con jesuitas entre su personal. ¿Qué significa ser un astrónomo jesuita? ¿Cómo influyen la fe y la espiritualidad jesuita en su trabajo científico?

Un astrónomo jesuita, influenciado por la espiritualidad ignaciana, tiene una visión particular del mundo. Cree que el universo no solo ha sido creado por Dios, sino que Dios actúa y trabaja constantemente por nosotros a través de su creación. El hermano Guy Consolmagno, S.J., mi predecesor, lo expresó de forma suscinta: «Cuanto más estudio el universo en toda su complejidad, más me siento impulsado a alabar a Dios, que ha creado este magnífico universo». Esta espiritualidad encarnada ha motivado a los científicos jesuitas a lo largo de los siglos y sigue haciéndolo hoy en día.

Uno de los supuestos fundamentales del método científico es la racionalidad del universo, un concepto que nos ha llegado del mundo greco-hebreo. Un científico asume que el universo puede describirse mediante leyes fijas que la mente humana puede comprender a través de la razón, y que estas leyes son universales tanto en el tiempo como en el espacio. Nuestra fe nos enseña que Dios creó el mundo como algo bueno y, por lo tanto, digno de ser estudiado. Se trata, fundamentalmente, de un acto de fe que está a la base de toda ciencia.

3. Con las empresas privadas y las agencias nacionales compitiendo por grandes misiones espaciales, ¿cómo mantiene la Specola su relevancia y su conexión con esos esfuerzos?

Si bien la exploración espacial siempre ha sido prerrogativa de las agencias nacionales, la reciente entrada de empresas privadas en el espacio, ha traído consigo varias oportunidades y retos interesantes. Por un lado, hay una enorme innovación en la ingeniería aeroespacial debido al beneficio económico que las empresas esperan obtener en breve, especialmente en lo que se refiere a la minería de asteroides, la Luna y otros planetas. Aunque estas empresas no están interesadas en las cuestiones científicas más amplias de la naturaleza del Universo que se plantean en la comunidad astronómica, sus innovaciones han abaratado mucho el lanzamiento de satélites con fines de investigación. Sin embargo, la observación desde el espacio sigue siendo muy cara.

Por otro lado, la enorme explosión de satélites enviados al espacio pone en peligro el futuro de la astronomía terrestre. A pesar de la existencia de varios satélites astronómicos de gran prestigio, como el HST, el JWST, el Planck, el Newton y el Gaia, lanzados por las agencias espaciales nacionales de Estados Unidos y Europa, la mayor parte de la investigación astronómica se realiza desde telescopios terrestres. Sin embargo, SpaceX, OneWeb, Amazon y otras empresas han lanzado decenas de miles de satélites en órbitas terrestres bajas (LEO), donde dejan grandes rastros en las imágenes astronómicas, poniendo así en peligro varios grandes proyectos de astronomía óptica y radioastronomía. Además, con el gran número de satélites en el espacio, nos enfrentamos ahora al difícil problema de los desechos espaciales, que ponen en peligro a otros satélites. La Specola debe colaborar con la Unión Astronómica Internacional y otras organizaciones internacionales para regular lo que se puede lanzar al espacio y proteger el futuro de la astronomía terrestre.

4. ¿Cómo piensa aprovechar el legado de su predecesor y aportar al mismo tiempo su propia visión y experiencia, como astrofísico consumado a su nuevo cargo?

Al ser nombrado para este cargo, soy consciente de los muchos jesuitas de renombre que lo han ocupado en el pasado y que han allanado el camino para el éxito actual del Observatorio: realmente estoy sobre los hombros de gigantes. Mi predecesor hizo un trabajo maravilloso representando al observatorio a nivel internacional. Su misión era asegurarse de que el mundo supiera que estamos haciendo una gran labor científica y trabajando para la Iglesia. Espero continuar con esta tradición.

También soy consciente de que la Specola debe plantearse cómo puede ser más eficaz en el futuro. El mundo de la investigación astronómica ha cambiado drásticamente en los últimos 40 años. Hoy en día, las fronteras de la astronomía se exploran habitualmente con a) telescopios cada vez más grandes, b) instrumentos que cuestan millones de euros, financiados por varios países, y c) colaboraciones en las que participan cientos de científicos. La independencia estratégica del Observatorio Vaticano no le da acceso automático a proyectos, instrumentos y datos financiados por agencias de investigación europeas y estadounidenses. Sin embargo, nuestros miembros, gracias a su capital intelectual y su espíritu de colaboración, han sido invitados habitualmente a contribuir en estos proyectos internacionales. El reto de cara al futuro es ayudar a nuestros miembros científicos a acceder a estos proyectos para que puedan seguir realizando importantes contribuciones científicas en la escena internacional. Por otra parte, el Observatorio, gracias a su independencia, puede embarcarse en proyectos científicos que ponen a prueba o cuestionan los paradigmas dominantes actuales, o realizar un tipo de ciencia que es difícil de financiar en otros contextos. En los próximos años, el Observatorio deberá equilibrar los beneficios que le reporta su independencia con su capacidad para colaborar en proyectos internacionales de mayor envergadura.

5. ¿Hay alguna novedad reciente del Observatorio -hallazgos, proyectos o investigaciones- que le entusiasme especialmente compartir?

Dos cosas me han llamado la atención en el último año: en primer lugar, el hermano Bob Macke participó en la misión OSIRIS-REx, dirigida por la NASA, que recogió una pequeña muestra del asteroide Bennu y la trajo de vuelta a la Tierra. El hermano Bob, experto mundial en la medición de las propiedades físicas de los meteoritos, participó en el diseño y la construcción del instrumento para medir estas propiedades. En segundo lugar, se ha incorporado recientemente a nuestro equipo el padre Bayu Risanto, S.J., un jesuita indonesio especializado en meteorología y cambio climático. Tras la publicación de Laudato si’, la Specola se lanza por fin a la ciencia del clima. Esperamos muchas investigaciones interesantes del padre Risanto y su equipo.

No creo que mi fe y espiritualidad jesuita influyan directamente en mi trabajo científico, pero sí me dan una motivación adicional para dedicarme aún más a esta gran empresa.

JESUITAS

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