domingo, 7 de septiembre de 2025

ENCUENTRO CON LA PALABRA por Hermann Rodríguez sj: «Este hombre empezó a construir, pero no pudo terminar»



Una amiga religiosa, escribe de vez en cuando sus experiencias espirituales en forma de poemas. Hace algunos meses me envió estos versos que me parece que nos pueden ayudar a entender lo que hoy nos presenta el evangelio:

Quiero bajar de nuevo a tu bodega,

para darte mi amor, ser toda entrega

y embriagarme de ti, pues son mejores

y más suave que el vino tus amores.

 

No acercaré mis labios a otra fuente

para calmar mi sed, mi sed ardiente

ni volveré a beber otros licores

que el vino embriagador de tus amores.

 

Mira que vengo como cierva herida

ve que me entrego a Ti, que estoy rendida

y sacia tu mi sed, pues son mejores

que el más sabroso vino tus amores.

“Mucha gente seguía a Jesús; y él se volvió y dijo: ‘Si alguno viene a mí y no me ama más que a su padre, a su madre, a su esposa, a sus hijos, a sus hermanos y a sus hermanas, y aún más que a sí mismo, no puede ser mi discípulo. Y el que no toma su propia cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo”. Jesús dirige estas palabras a la gente que lo seguía. No se trata de una disyuntiva excluyente. No nos pide que dejemos de querer a las personas que están más cerca de nuestro corazón. Esas personas pueden y deben permanecer en el centro de nuestras vidas. Lo que sí nos pide el Señor es que nuestro amor hacia ellos no esté por encima del amor que sentimos por Él y por su reino. No puede haber nada ni nadie que distraiga el camino de seguimiento.

Las dos comparaciones que ofrece enseguida el evangelio de hoy recogen situaciones humanas muy concretas. No podemos comenzar a construir una torre si no vislumbramos claramente la posibilidad de terminarla. De lo contrario la gente se burlará de nosotros por pretender algo que no podemos terminar. Por otra parte, ningún líder militar se involucra en una guerra si no piensa que puede llegar a vencer a su enemigo con las fuerzas que tiene. Si no puede hacerle frente a su contrario, tratará de establecer condiciones de paz cuando el otro grupo está todavía lejos y no se ha entablado la batalla. “Así pues, cualquiera de ustedes que no deje todo lo que tiene, no puede ser mi discípulo”, es lo que concluye el Señor después de presentar estos dos ejemplos.

Podríamos añadir que la persona que ha probado un buen vino ya no podrá contentarse con otra bebida. Así es el seguimiento del Señor. Si nos hemos encontrado auténticamente con él, tendremos que reconocer que ya no podemos saciar nuestra sed en otras fuentes, ni habrá otros licores que sustituyan el vino embriagador de sus amores.

Hermann Rodríguez sj
Jesuitas Colombia

LECTURAS PARA EL DÍA DE HOY



Primera lectura

Lectura del libro de la Sabiduría 9, 13-19

¿Qué hombre conocerá el designio de Dios?,
o ¿quién se imaginará lo que el Señor quiere?

Los pensamientos de los mortales son frágiles
e inseguros nuestros razonamientos,
porque el cuerpo mortal oprime el alma
y esta tienda terrena abruma la mente pensativa.

Si apenas vislumbramos lo que hay sobre la tierra
y con fatiga descubrimos lo que está a nuestro alcance,
¿quién rastreará lo que está en el cielo?,
¿quién conocerá tus designios, si tú no le das sabiduría
y le envías tu santo espíritu desde lo alto?

Así se enderezaron las sendas de los terrestres,
los hombres aprendieron lo que te agrada
y se salvaron por la sabiduría».

Palabra de Dios

Salmo

Salmo 89, 3-4 5-6. 12-13. 14 y 17 R/. Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación.

Tú reduces el hombre a polvo,
diciendo: «Retornad, hijos de Adán».
Mil años en tu presencia son un ayer que pasó;
una vela nocturna.
R/.

Si tú los retiras
son como un sueño,
como hierba que se renueva
que florece y se renueva por la mañana,
y por la tarde la siegan y se seca.
R/.

Enséñanos a calcular nuestros años,
para que adquiramos un corazón sensato.
Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo?
Ten compasión de tus siervo.
R/.

Por la mañana sácianos de tu misericordia,
y toda nuestra vida será alegría y júbilo.
Baje a nosotros la bondad del Señor
y haga prósperas las obras de nuestras manos.
Sí, haga prósperas las obras de nuestras manos.
R/.

Segunda lectura

Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a Filemón 9b-10. 12-17

Querido hermano:

Yo, Pablo, anciano, y ahora prisionero por Cristo Jesús, te recomiendo a Onésimo, mi hijo, a quien engendré en la prisión Te lo envío como a hijo.

Me hubiera gustado retenerlo junto a mí, para que me sirviera en nombre tuyo en esta prisión que sufro por el Evangelio; pero no he querido retenerlo sin contar contigo: así me harás este favor, no a la fuerza, sino con toda libertad.

Quizá se apartó de ti por breve tiempo para que lo recobres ahora para siempre; y no como esclavo, sino como algo mejor que un esclavo, como un hermano querido, que si lo es mucho para mí, cuánto más para ti, humanamente y en el Señor.

Si me consideras compañero tuyo, recíbelo a él como a mí.

Palabra de Dios

Evangelio del día

Lectura del santo Evangelio según San Lucas 14, 25-33

En aquel tiempo, mucha gente acompañaba a Jesús; él se volvió y les dijo:
«Si alguno viene a mí y no pospone a su padre y a su madre, a su mujer y a sus hijos, a sus hermanos y a sus hermanas, e incluso a sí mismo, no puede ser discípulo mío.

Quien no carga con su cruz y viene en pos de mí, no puede ser discípulo mío.

Así, ¿quién de vosotros, si quiere construir una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, a ver si tiene para terminarla?

No sea que, si echa los cimientos y no puede acabarla, se pongan a burlarse de él los que miran, diciendo:
“Este hombre empezó a construir y no pudo acabar”.

¿O qué rey, si va a dar la batalla a otro rey, no se sienta primero a deliberar si con diez mil hombres podrá salir al paso del que lo ataca con veinte mil?

Y si no, cuando el otro está todavía lejos, envía legados para pedir condiciones de paz.

Así pues, todo aquel de entre vosotros que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío».

Palabra del Señor


 

XXIII Domingo del Tiempo Ordinario - Santa Misa y canonizaciones







SANTA MISA Y CANONIZACIÓN DE LOS BEATOS

- PIER GIORGIO FRASSATI
- CARLO ACUTIS

CAPILLA PAPAL

HOMILÍA DEL SANTO PADRE LEÓN XIV

Plaza de San Pedro
XXIII Domingo del Tiempo Ordinario, 7 de septiembre de 2025


Palabras improvisadas antes de la Santa Misa con el Rito de Canonización

¡Buenos días a todos! ¡Feliz domingo y bienvenidos! ¡Gracias!

Hermanos y hermanas, hoy es un día de gran alegría para toda Italia, para toda la Iglesia y para todo el mundo. Antes de comenzar la solemne celebración de la Canonización, quería saludarlos y decirles unas palabras a todos ustedes, porque, si bien la celebración es muy solemne, también es un día de gran alegría. Quería saludar especialmente a tantos jóvenes, chicos y chicas, que han venido a esta Santa Misa. Es verdaderamente una bendición del Señor encontrarnos ya que han venido de diferentes países. Es realmente un don de la fe que queremos compartir.

Después de la Santa Misa, les pido que tengan un poco de paciencia, espero poder ir a saludarlos a la plaza, ya que ahora están un poco lejos. Espero al menos poder saludarlos.

Saludo a los familiares de los dos Beatos, casi Santos, a las delegaciones oficiales, a los numerosos obispos y sacerdotes que han venido. Un aplauso para todos ellos, ¡gracias también a ustedes por estar aquí! ¡Religiosos y religiosas, y a la Acción Católica!

Nos preparamos para esta celebración litúrgica con la oración, con el corazón abierto, deseando recibir verdaderamente esta gracia del Señor. Y así sentir en el corazón lo mismo que vivieron Pier Giorgio y Carlo: este amor por Jesucristo, sobre todo en la Eucaristía, pero también en los pobres, en los hermanos y hermanas. También ustedes, todos nosotros, estamos llamados a ser santos. ¡Que Dios los bendiga! ¡Feliz celebración! ¡Gracias por estar aquí!

* * *

Queridos hermanos y hermanas:

En la primera lectura hemos escuchado una pregunta: «[Señor,] ¿y quién habría conocido tu voluntad si tú mismo no hubieras dado la Sabiduría y enviado desde lo alto tu santo espíritu?» (Sab 9,17). La hemos oído después de que dos jóvenes beatos, Pier Giorgio Frassati y Carlo Acutis, fueran proclamados santos, y eso es providencial. En el libro de la Sabiduría, esta pregunta está atribuida precisamente a un joven como ellos: el rey Salomón. Cuando murió David, su padre, él se dio cuenta de que disponía de muchas cosas: el poder, la riqueza, la salud, la juventud, la belleza, el reino. Pero esta gran abundancia de medios le había hecho surgir una pregunta en su corazón: “¿Qué debo hacer para que nada se pierda?”. Y había entendido que el único camino para encontrar una respuesta era pedir a Dios un don aún mayor: su Sabiduría, para poder conocer sus proyectos y adherir a ellos fielmente. Se dio cuenta, en efecto, que de ese modo todas las cosas encontrarían su lugar en el gran designio del Señor. Sí, porque el riesgo más grande de la vida es desaprovecharla fuera del proyecto de Dios.

También Jesús, en el Evangelio, nos habla de un proyecto al que adherir hasta el final. Dice: «El que no carga con su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo» (Lc 14,27); y agrega: «cualquiera de ustedes que no renuncie a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo» (v. 33). Es decir, nos llama a lanzarnos sin vacilar a la aventura que Él nos propone, con la inteligencia y la fuerza que vienen de su Espíritu y que podemos acoger en la medida en que nos despojamos de nosotros mismos, de las cosas y de las ideas a las que estamos apegados, para ponernos a la escucha de su palabra.

Muchos jóvenes, a lo largo de los siglos, tuvieron que afrontar este momento decisivo de la vida. Pensemos en san Francisco de Asís: como Salomón, también él era joven y rico, y estaba sediento de gloria y de fama. Por eso partió a la guerra, esperando ser nombrado “caballero” y revestirse de honores. Pero Jesús se le apareció en el camino y le hizo reflexionar sobre lo que estaba haciendo. Vuelto en sí, dirigió a Dios una pregunta sencilla: «Señor, ¿qué quieres que haga?». [1] Y a partir de allí, volviendo sobre sus pasos, comenzó a escribir una historia diferente: la maravillosa historia de santidad que todos conocemos, despojándose de todo para seguir al Señor (cf. Lc 14,33), viviendo en pobreza y prefiriendo el amor a los hermanos, especialmente a los más débiles y pequeños, al oro, a la plata y a las telas preciosas de su padre.

¡Y cuántos otros santos y santas podríamos recordar! A veces nosotros los representamos como grandes personajes, olvidando que para ellos todo comenzó cuando, aún jóvenes, respondieron “sí” a Dios y se entregaron a Él plenamente, sin guardar nada para sí. A este respecto, san Agustín cuenta que, en el «nudo tortuosísimo y enredadísimo» de su vida, una voz, en lo profundo, le decía: «Sólo a ti quiero». [2] Y, de esa manera, Dios le dio una nueva dirección, un nuevo camino, una nueva lógica, donde nada de su existencia estuvo perdido.

En este marco, contemplamos hoy a san Pier Giorgio Frassati y a san Carlo Acutis: un joven de principios del siglo XX y un adolescente de nuestros días, ambos enamorados de Jesús y dispuestos a dar todo por Él.

Pier Giorgio encontró al Señor por medio de la escuela y los grupos eclesiales —la Acción Católica, las Conferencias de San Vicente de Paúl, la F.U.C.I. (Federación Universitaria Católica Italiana), la Orden Tercera de Santo Domingo— y dio testimonio de ello a través de su alegría de vivir y de ser cristiano en la oración, en la amistad y en la caridad. Hasta el punto de que, a fuerza de verlo recorrer las calles de Turín con carritos repletos de ayuda para los pobres, sus amigos lo llamaban “Empresa de Transportes Frassati”. También hoy, la vida de Pier Giorgio representa una luz para la espiritualidad laical. Para él la fe no fue una devoción privada; impulsado por la fuerza del Evangelio y la pertenencia a asociaciones eclesiales, se comprometió generosamente en la sociedad, dio su contribución en la vida política, se desgastó con ardor al servicio de los pobres.

Carlo, por su parte, encontró a Jesús en su familia, gracias a sus padres, Andrés y Antonia —presentes hoy aquí con sus dos hermanos, Francesca y Michele— y después en la escuela, también él, y sobre todo en los sacramentos, celebrados en la comunidad parroquial. De ese modo, creció integrando naturalmente en sus jornadas de niño y de adolescente la oración, el deporte, el estudio y la caridad.

Ambos, Pier Giorgio y Carlo, cultivaron el amor a Dios y a los hermanos a través de medios sencillos, al alcance de todos: la Santa Misa diaria, la oración, y especialmente la adoración eucarística. Carlo decía: «Cuando nos ponemos frente al sol, nos bronceamos. Cuando nos ponemos ante Jesús en la Eucaristía, nos convertimos en santos», y también: «La tristeza es dirigir la mirada hacia uno mismo, la felicidad es dirigir la mirada hacia Dios. La conversión no es otra cosa que desviar la mirada desde abajo hacia lo alto. Basta un simple movimiento de ojos». Otra cosa esencial para ellos era la confesión frecuente. Carlo escribió: «A lo único que debemos temer realmente es al pecado»; y se maravillaba porque —son palabras suyas— «los hombres se preocupan mucho por la belleza del propio cuerpo y no se preocupan, en cambio, por la belleza de su propia alma». Ambos, además, tenían una gran devoción por los santos y por la Virgen María, y practicaban generosamente la caridad. Pier Giorgio decía: «Alrededor de los pobres y los enfermos veo una luz que nosotros no tenemos». [3] Llamaba a la caridad “el fundamento de nuestra religión” y, como Carlo, la ejercitaba sobre todo por medio de pequeños gestos concretos, a menudo escondidos, viviendo lo que el Papa Francisco ha llamado «la santidad “de la puerta de al lado”» (Exhort. ap. Gaudete et exsultate, 7).

Incluso cuando los aquejó la enfermedad y esta fue deteriorando sus jóvenes vidas, ni siquiera eso los detuvo ni les impidió amar, ofrecerse a Dios, bendecirlo y pedirle por ellos y por todos. Un día Pier Giorgio dijo: «El día de mi muerte será el día más bello de mi vida»; [4] y en su última foto, que lo retrata mientras escalaba una montaña de Val di Lanzo, con el rostro dirigido a la meta, había escrito: «Hacia lo alto». [5] Por otra parte, a Carlo, siendo aún más joven, le gustaba decir que el cielo nos espera desde siempre, y  que amar el mañana es dar hoy nuestro mejor fruto.

Queridos amigos, los santos Pier Giorgio Frassati y Carlo Acutis son una invitación para todos nosotros, sobre todo para los jóvenes, a no malgastar la vida, sino a orientarla hacia lo alto y hacer de ella una obra maestra. Nos animan con sus palabras: “No yo, sino Dios”, decía Carlo. Y Pier Giorgio: “Si tienes a Dios como centro de todas tus acciones, entonces llegarás hasta el final”. Esta es la fórmula, sencilla pero segura, de su santidad. Y es también el testimonio que estamos llamados a imitar para disfrutar la vida al máximo e ir al encuentro del Señor en la fiesta del cielo.

 


[1] Leyenda de los Tres Compañeros, cap. II, 6: Fuentes biográficas franciscanas, 1401.

[2] Confesiones, II, 10,18.

[3] Nicola Gori, Al prezzo della vitaL’Osservatore romano (11 febrero 2021).

[4] Irene Funghi, I giovani assieme a Frassati: un compagno nei nostri cammini tortuosiAvvenire (2 agosto 2025).

[5] Ibíd.


sábado, 6 de septiembre de 2025

JESUITAS: El padre Richard D’Souza nombrado director del Observatorio Vaticano



El papa León XIV ha nombrado al padre Richard D'Souza, SJ, director del Observatorio Vaticano. El padre D'Souza, que forma parte del personal del Observatorio desde 2016, sucede al hermano Guy Consolmagno, SJ, cuyo mandato finaliza en septiembre de 2025.

El padre D'Souza es originario de la región de Goa, en la India. Ingresó a la Compañía en 1996 y fue ordenado sacerdote en 2011. Es doctor en astronomía, con una investigación centrada en el fenómeno de la fusión de galaxias y sus efectos en las propiedades de galaxias como la Vía Láctea.

En esta entrevista, el P. D'Souza comparte sus reflexiones sobre su nuevo cargo y la larga tradición de la presencia jesuita en el Observatorio Vaticano.

1. La Specola Vaticana tiene una larga y rica historia y puede considerarse una de las formas en que la Iglesia demuestra su apoyo a la «ciencia verdadera y sólida» (cf. Papa León XIII). ¿Cómo ve usted que se vive esta misión hoy en día?

La principal forma de vivir esta misión es realizar la mejor investigación científica posible. A través de los equipos y proyectos científicos en los que participamos, los artículos de investigación que publicamos, las conferencias científicas que organizamos o a las que asistimos y las amistades que mantenemos con nuestros colegas científicos, somos testigos del apoyo de la Iglesia a la «ciencia verdadera y sólida». Históricamente, nos hemos limitado a la astronomía, pero hoy en día nos estamos expandiendo poco a poco a otras disciplinas científicas afines, como la física teórica y la meteorología/ciencia del clima.

En la década de 1980, el papa Juan Pablo II encargó formalmente al observatorio que promoviera además el diálogo entre la ciencia y la fe en las universidades católicas de todo el mundo. Esto dio lugar a una serie de seminarios sobre «la acción divina en el universo» en colaboración con el Centro de Teología y Ciencias Naturales (CTNS). Hoy en día, nuestros miembros siguen participando en numerosas iniciativas a nivel académico, para promover el diálogo entre la ciencia y la fe a través de artículos, seminarios y reuniones. Una parte importante de nuestro esfuerzo se dedica también a la educación didáctica de la Iglesia, a través de seminarios, tanto en línea como presenciales, sobre la compatibilidad entre la fe y la ciencia.

2. Usted es jesuita, y la Specola tiene una tradición de contar con jesuitas entre su personal. ¿Qué significa ser un astrónomo jesuita? ¿Cómo influyen la fe y la espiritualidad jesuita en su trabajo científico?

Un astrónomo jesuita, influenciado por la espiritualidad ignaciana, tiene una visión particular del mundo. Cree que el universo no solo ha sido creado por Dios, sino que Dios actúa y trabaja constantemente por nosotros a través de su creación. El hermano Guy Consolmagno, S.J., mi predecesor, lo expresó de forma suscinta: «Cuanto más estudio el universo en toda su complejidad, más me siento impulsado a alabar a Dios, que ha creado este magnífico universo». Esta espiritualidad encarnada ha motivado a los científicos jesuitas a lo largo de los siglos y sigue haciéndolo hoy en día.

Uno de los supuestos fundamentales del método científico es la racionalidad del universo, un concepto que nos ha llegado del mundo greco-hebreo. Un científico asume que el universo puede describirse mediante leyes fijas que la mente humana puede comprender a través de la razón, y que estas leyes son universales tanto en el tiempo como en el espacio. Nuestra fe nos enseña que Dios creó el mundo como algo bueno y, por lo tanto, digno de ser estudiado. Se trata, fundamentalmente, de un acto de fe que está a la base de toda ciencia.

3. Con las empresas privadas y las agencias nacionales compitiendo por grandes misiones espaciales, ¿cómo mantiene la Specola su relevancia y su conexión con esos esfuerzos?

Si bien la exploración espacial siempre ha sido prerrogativa de las agencias nacionales, la reciente entrada de empresas privadas en el espacio, ha traído consigo varias oportunidades y retos interesantes. Por un lado, hay una enorme innovación en la ingeniería aeroespacial debido al beneficio económico que las empresas esperan obtener en breve, especialmente en lo que se refiere a la minería de asteroides, la Luna y otros planetas. Aunque estas empresas no están interesadas en las cuestiones científicas más amplias de la naturaleza del Universo que se plantean en la comunidad astronómica, sus innovaciones han abaratado mucho el lanzamiento de satélites con fines de investigación. Sin embargo, la observación desde el espacio sigue siendo muy cara.

Por otro lado, la enorme explosión de satélites enviados al espacio pone en peligro el futuro de la astronomía terrestre. A pesar de la existencia de varios satélites astronómicos de gran prestigio, como el HST, el JWST, el Planck, el Newton y el Gaia, lanzados por las agencias espaciales nacionales de Estados Unidos y Europa, la mayor parte de la investigación astronómica se realiza desde telescopios terrestres. Sin embargo, SpaceX, OneWeb, Amazon y otras empresas han lanzado decenas de miles de satélites en órbitas terrestres bajas (LEO), donde dejan grandes rastros en las imágenes astronómicas, poniendo así en peligro varios grandes proyectos de astronomía óptica y radioastronomía. Además, con el gran número de satélites en el espacio, nos enfrentamos ahora al difícil problema de los desechos espaciales, que ponen en peligro a otros satélites. La Specola debe colaborar con la Unión Astronómica Internacional y otras organizaciones internacionales para regular lo que se puede lanzar al espacio y proteger el futuro de la astronomía terrestre.

4. ¿Cómo piensa aprovechar el legado de su predecesor y aportar al mismo tiempo su propia visión y experiencia, como astrofísico consumado a su nuevo cargo?

Al ser nombrado para este cargo, soy consciente de los muchos jesuitas de renombre que lo han ocupado en el pasado y que han allanado el camino para el éxito actual del Observatorio: realmente estoy sobre los hombros de gigantes. Mi predecesor hizo un trabajo maravilloso representando al observatorio a nivel internacional. Su misión era asegurarse de que el mundo supiera que estamos haciendo una gran labor científica y trabajando para la Iglesia. Espero continuar con esta tradición.

También soy consciente de que la Specola debe plantearse cómo puede ser más eficaz en el futuro. El mundo de la investigación astronómica ha cambiado drásticamente en los últimos 40 años. Hoy en día, las fronteras de la astronomía se exploran habitualmente con a) telescopios cada vez más grandes, b) instrumentos que cuestan millones de euros, financiados por varios países, y c) colaboraciones en las que participan cientos de científicos. La independencia estratégica del Observatorio Vaticano no le da acceso automático a proyectos, instrumentos y datos financiados por agencias de investigación europeas y estadounidenses. Sin embargo, nuestros miembros, gracias a su capital intelectual y su espíritu de colaboración, han sido invitados habitualmente a contribuir en estos proyectos internacionales. El reto de cara al futuro es ayudar a nuestros miembros científicos a acceder a estos proyectos para que puedan seguir realizando importantes contribuciones científicas en la escena internacional. Por otra parte, el Observatorio, gracias a su independencia, puede embarcarse en proyectos científicos que ponen a prueba o cuestionan los paradigmas dominantes actuales, o realizar un tipo de ciencia que es difícil de financiar en otros contextos. En los próximos años, el Observatorio deberá equilibrar los beneficios que le reporta su independencia con su capacidad para colaborar en proyectos internacionales de mayor envergadura.

5. ¿Hay alguna novedad reciente del Observatorio -hallazgos, proyectos o investigaciones- que le entusiasme especialmente compartir?

Dos cosas me han llamado la atención en el último año: en primer lugar, el hermano Bob Macke participó en la misión OSIRIS-REx, dirigida por la NASA, que recogió una pequeña muestra del asteroide Bennu y la trajo de vuelta a la Tierra. El hermano Bob, experto mundial en la medición de las propiedades físicas de los meteoritos, participó en el diseño y la construcción del instrumento para medir estas propiedades. En segundo lugar, se ha incorporado recientemente a nuestro equipo el padre Bayu Risanto, S.J., un jesuita indonesio especializado en meteorología y cambio climático. Tras la publicación de Laudato si’, la Specola se lanza por fin a la ciencia del clima. Esperamos muchas investigaciones interesantes del padre Risanto y su equipo.

No creo que mi fe y espiritualidad jesuita influyan directamente en mi trabajo científico, pero sí me dan una motivación adicional para dedicarme aún más a esta gran empresa.

JESUITAS

viernes, 5 de septiembre de 2025

JESUITAS: Fallece José María Tojeira, impulsor de la causa por la masacre de jesuitas en El Salvador de 1989


Fue provincial de los jesuitas, rector de la UCA y, sobre todo, apóstol de la justicia y los derechos humanos

El sacerdote español José María Tojeira, principal impulsor de la búsqueda de justicia por la masacre de 6 padres jesuitas y 2 mujeres cometida por el Ejército en El Salvador en 1989, falleció la mañana de este viernes a los 78 años en la Ciudad de Guatemala, según informó la Compañía de Jesús

El paso de Tojeira, nacido en Vigo en 1947 y naturalizado salvadoreño, por Centroamérica comenzó en 1969, en Honduras, y fue enviado a El Salvador en 1985 y tres años después fue nombrado provincial de los jesuitas para Centroamérica, cargo que tenía cuando fue perpetrada la masacre


El jesuita español José María Tojeira, principal impulsor de la búsqueda de justicia por la masacre de 6 padres jesuitas y 2 mujeres cometida por el Ejército en El Salvador en 1989, falleció la mañana de este viernes a los 78 años en la Ciudad de Guatemala, según informó la Compañía de Jesús.

«Con profundo pesar comunicamos que esta mañana falleció, en Ciudad de Guatemala, P. José María Tojeira, S.J., compañero de Jesús que entregó su vida al servicio incansable del territorio centroamericano. Encomendamos su alma al abrazo de Dios», indicó en X la cuenta oficial de la Provincia Centroamericana de la Compañía de Jesús.

Agregó que el padre «Chema» Tojeira, como era conocido popularmente en El Salvador, realizó «el apostolado social, el liderazgo provincial y universitario, el compromiso con la justicia y los derechos humanos y el acompañamiento pastoral» en Centroamérica.

El paso de Tojeira, nacido en Vigo en 1947 y naturalizado salvadoreño, por Centroamérica comenzó en 1969, en Honduras, y fue enviado a El Salvador en 1985 y tres años después fue nombrado provincial de los jesuitas para Centroamérica, cargo que tenía cuando fue perpetrada la masacre de los jesuitas en el campus de la Universidad Centroamericana (UCA), en noviembre de 1989.


El religioso fue licenciado en Teología y Filosofía por la Universidad de Comillas. Tojeira fue una figura clave en los reclamos de justicia e impulsor de la causa penal contra altos mandos del Ejército salvadoreño desde que perpetró este crimen de lesa humanidad.

También fue rector de la UCA (1997-2010) y director del Instituto de Derechos Humanos de la Universidad Centroamericana (Idhuca) (2016-2020), además de párroco.


🕊️ La Compañía de Jesús en México participa con profunda tristeza del fallecimiento del P. José María Tojeira, S.J., incansable luchador social y defensor de la verdad.

El P. Tojeira dedicó su vida a acompañar a los pueblos de Centroamérica y a denunciar con firmeza la represión sufrida en la Universidad Centroamericana (
) en El Salvador. Su voz profética nos recordó siempre que la justicia no puede construirse sin reconocimiento ni verdad: que los crímenes cometidos por las instituciones del pasado deben ser asumidos y reconocidos para garantizar la no repetición. Su legado nos impulsa a seguir trabajando por la paz, la justicia y la dignidad de los pueblos. Nos unimos en oración con sus familiares, amigos y hermanos jesuitas, agradeciendo a Dios su vida y entrega generosa. D.E.P.



«A nosotros nos toca continuar en esa tarea de mostrar el camino de la vida» y «defender los derechos humanos frente a un Gobierno que se ampara en los derechos de las víctimas para negar derechos básicos a inocentes y culpables», dijo Tojeira en 2022 en la conmemoración de los 33 años de la masacre de los jesuitas.

«Nos corresponde apoyar una vez más a las madres de los desaparecidos y defender el Estado de derecho, junto con la libertad, la crítica y el diálogo», acotó el religioso.



Una corte de paz salvadoreña, a raíz de la anulación de una ley de amnistía de 1993 y a petición de la UCA, ordenó en 2017 reabrir el proceso, pero en 2020 la Sala de lo Penal de la Corte decretó el cierre.

Un nuevo fallo de amparo de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) ordenó abrir nuevamente la causa penal en 2022, en la que fueron enviados a juicio 11 personas en 2024.

RD/EFE