Nos juntamos con Jorge Costadoat sj, antes de que él salga de vacaciones, y su primera noticia fue la de terminar su último libro a fines del año pasado y que espera poner en circulación a partir de marzo de este año.
"¿Qué quiero en este libro? Rápidamente pongo las cartas sobre la mesa. Me interesa convencer a los lectores de la grandeza del cristianismo. Quiero comunicar al Cristo que ha inspirado cada una de las columnas de que consta esta publicación.
Cristo y el cristianismo no son lo mismo. En el cristianismo hay de todo. En su larga historia se cuentan muchas equivocaciones. Se han llamado cristianos personajes que mejor olvidar. Cristo mismo es el criterio que nos permite juzgar la historia, y la historia de la Iglesia, y decir aquí sí, aquí no, ha actuado Dios. Pero el cristianismo, gracias a Cristo, ha dotado al mundo de humanidad. No sabemos que sería de la historia humana si se extirpara de ella lo que los cristianos han hecho a su favor. Al menos habría que decir que han procurado hermanar a hombres y mujeres por su fe en el Dios que Jesús llamó Padre.
¿Que quiero? Me gustaría que mis lectores continuen conmigo en esta historia bimilenaria viviendo de Cristo y trasmitiéndolo como la Iglesia tendría que hacerlo, aunque no siempre le resulta.
Este libro ha sido escrito en tiempos de tempestad. Lo recorre de punta a cabo una gran inquietud. La época es zarandeada por cambios gigantescos, cada vez más acelerados. Vivir da vértigo. ¿Cómo educar hoy a un hijo? Tremendo desafío. La Iglesia, evidentemente, no logra seguir el paso a los acontecimientos y queda rezagada. Eñseña peo no enseña. Es patente que la jerarquía eclesiástica, los obispos y los sacerdotes parecemos cada vez más atrasados.
Con este libro quisiera remover, sacudir con Cristo a unos cristianos que pierden demasiado tiempo quejándose contra la jerarquía eclesiástica. ¡Tragan agua salada! En la tempestad en la que estamos los laicos se han acostumbrado a tomar palco y a disparar contra el clero y los obispos, como quien usa el telecomando. Me duele esta amargura crónica. Hay cristianos que en cualquier momento podrían renunciar a su Iglesia para hacerse socios de Apple, levantarse a las 3 a.m. y ponerse a la cola para comprar de la última versión del Ipad. ¡Todo porque no le gustó la prédica del párroco!
He escrito este libro por si alguien fuera a interesarle, en esta época de desconcierto cultural creciente, una tradición extraordinaria de humanidad que le sirva precisamente para interpretar lo que nos está pasando y trabajar por la paz. La inquietud es grande. No es mi intención agitar las aguas. Si Cristo calmó la tempestad, ¿qué otra cosa puedo tratar de hacer yo alentar la fe de los tripulantes de la nave?
La tempestad es la mesa. Estas columnas son mis cartas... es lo que Jorge escribe en su introducción a este libro. Por ahora les dejo a Jorge que nos cuente sobre este libro
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