miércoles, 5 de agosto de 2015

Francisco sostiene que los divorciados vueltos a casar “no están excomulgados” y “forman parte de la Iglesia”. Video y texto completo catequesis


El Papa llama a “no tener nunca las puertas cerradas”, porque “todos podemos participar” en la vida de la comunidad


“No tenemos recetas sencillas, pero hay que animarlos a vivir su pertenencia a Cristo y la Iglesia”


(Jesús Bastante).- El Aula Pablo VI acogió la primera audiencia general de los miércoles tras el descanso veraniego, en la que el Papa habló de las familias que, tras el fracaso de su primer matrimonio, se unen de nuevo. "Estas personas no están excomulgadas, y no deben ser tratadas como tales. Siempre forman parte de la Iglesia", subrayó el Papa, en una declaración que sin duda supone una bomba de cara al próximo Sínodo sobre la Familia.
"La Iglesia sabe bien que estas situaciones contradicen el sacramento cristiano", reconoció Bergoglio, quien añadió que "además de ser maestra, la Iglesia tiene un corazón de madre, que busca siempre el bien y la salvación de todos, sin excluir a nadie". En este sentido, animó a diferenciar "entre quien ha sufrido la separación y quien la ha provocado", en la misma línea de las tesis del cardenal Kasper y la mayoría del Sínodo, quien defiende salidas personalizadas para cada situación.
Ante esto, Francisco animó a los fieles a "mirar la situación con los ojos de los niños pequeños", y entonces "veremos la urgencia de una acogida real a las personas que viven estas situaciones. ¿Cómo podemos pedirle a estos padres educar a sus hijos en la vida cristiana si están alejados de la comunidad? Es importante que el estilo de la comunidad y su lenguaje, esté siempre atento a la persona, a partir de los hijos, que son los que más sufren".
Y, desde esa comunidad abierta, "hacer todo para educar a los hijos en la vida cristiana,dando testimonio de una fe vivida y practicada, sin tenerlos a distancia de la vida de la comunidad, como si estuvieran incomunicados".
"El número de estos niños es muy grande. Es importante que sientan la Iglesia como madre atenta a todos, siempre dispuesta a la escucha y al encuentro", señaló Francisco, quien incidió en que "la Iglesia no ha sido insensible" a lo largo de los años, pero que aún "es necesaria una fraterna acogida, en el amor y la verdad, sobre el Bautismo que ha establecido una nueva convivencia, después de el matrimonio sacramental. Estas personas no están excomulgadas como algunos piensan, y no deben ser tratadas como tales. Siempre forman parte de la Iglesia".
Citando a Benedicto XVI, Francisco solicitó "un atento discernimiento y acompañamiento pastoral, sabiendo que no existen simples recetas", así como "una invitación a manifestar coherentemente la disponibilidad de la comunidad a acoger para que vivan su pertenencia a Cristo y la Iglesia, con la oración, con la escucha de la Palabra de Dios, con la liturgia, con la educación cristiana a los hijos, con la caridad y el servicio a los pobres, con el empeño a la justicia y la paz. Y con la bíblica del Buen Pastor: dar la vida por las ovejas. Un modelo también para la Iglesia, que acoge a sus hijos como una madre que da su vida por los demás. La Iglesia está llamada a ser siempre la casa abierta del Padre".
"Nunca las puertas cerradas, nunca. La Iglesia no tiene nunca cerradas las puertas a nadie. Todos podemos participar en cualquier modo en la vida de la Iglesia", improvisó el Santo Padre, quien añadió que "todos los cristianos estamos llamados a imitar al Buen Pastor, sobre todo las familias cristianas, que pueden colaborar con las familias heridas, acompañándolas en la vida y la fe de la comunidad".
Texto completo de la catequesis del Papa
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
Con esta catequesis retomamos nuestra reflexión sobre la familia. Después de haber hablado, la última vez, de las familias heridas a causa de la incomprensión de los cónyuges, hoy quisiera detener nuestra atención sobre otra realidad: cómo cuidar a aquellos que, después del irreversible fracaso de su vínculo matrimonial, han comenzado una nueva unión.
La Iglesia sabe bien que una situación tal contradice el Sacramento cristiano. De todos modos, su mirada de maestra viene siempre de un corazón de madre; un corazón que, animado por el Espíritu Santo, busca siempre el bien y la salvación de las personas. He aquí porqué siente el deber, "por amor a la verdad", de "discernir bien las situaciones". Así se expresaba san Juan Pablo II, en la Exhortación apostólica Familiaris consortio (n. 84), dando como ejemplo la diferencia entre quien ha sufrido la separación y quien la ha provocado. Se debe hacer este discernimiento.
Si luego miramos también estos nuevos lazos con los ojos de los hijos pequeños, los pequeños miran, de los niños, vemos aún más la urgencia de desarrollar en nuestras comunidades una acogida real hacia las personas que viven tales situaciones. Por esto, es importante que el estilo de la comunidad, su lenguaje, sus actitudes, estén siempre atentos a las personas, a partir de los pequeños, ellos son quienes más sufren estas situaciones. Después de todo, ¿cómo podríamos aconsejar a estos padres hacer de todo para educar a los hijos a la vida cristiana, dando ellos el ejemplo de una fe convencida y practicada, si los tenemos alejados de la vida de la comunidad como si fueran excomulgados? No se deben agregar otros pesos a aquellos que ya los hijos, en estas situaciones, ¡ya deben cargar! Lamentablemente, el número de estos niños y jóvenes es de verdad grande. Es importante que ellos sientan a la Iglesia como madre atenta a todos, dispuesta siempre a la escucha y al encuentro.
En estas décadas, en verdad, la Iglesia no ha sido ni insensible ni perezosa. Gracias a la profundización realizada por los Pastores, guiada y confirmada por mis Predecesores, ha crecido mucho la conciencia de que es necesaria una fraterna y atenta acogida, en el amor y en la verdad, a los bautizados que han establecido una nueva convivencia después del fracaso del matrimonio sacramental; en efecto, estas personas no son en efecto excomulgadas, no están excomulgados, y no van absolutamente tratadas como tales: ellas forman parte siempre de la Iglesia.
Papa Benedicto XVI ha intervenido sobre esta cuestión, solicitando un discernimiento atento y un sabio acompañamiento pastoral, sabiendo que no existen "recetas simples" (Discurso al VII Encuentro Mundial de las Familias, Milán, 2 junio 2012, respuesta n. 5).
De ahí la reiterada invitación de los Pastores a manifestar abiertamente y coherentemente la disponibilidad de la comunidad a acogerlos y a animarlos, para que vivan y desarrollen cada vez más su pertenencia a Cristo y a la Iglesia con la oración, con la escucha de la Palabra de Dios, con la frecuencia a la liturgia, con la educación cristiana de los hijos, con la caridad y el servicio a los pobres, con el compromiso por la justicia y la paz.
El ícono bíblico del Buen Pastor (Jn 10, 11-18) resume la misión que Jesús ha recibido del Padre: la de dar la vida por las ovejas. Tal actitud es un modelo también para la Iglesia, que acoge a sus hijos como una madre que dona su vida por ellos. "La Iglesia está llamada a ser siempre la casa abierta del Padre [...] Ninguna puerta cerrada. Todos pueden participar de alguna manera en la vida eclesial, todos pueden integrar la comunidad. La Iglesia [...] es la
casa paterna donde hay lugar para cada uno con su vida a cuestas" (Exort. ap. Evangelii gaudium, n. 47).
Del mismo modo todos los cristianos están llamados a imitar al Buen Pastor. Sobre todo las familias cristianas pueden colaborar con Él cuidando a las familias heridas, acompañándolas en la vida de fe de la comunidad. Cada uno haga su parte asumiendo la actitud del Buen Pastor, que conoce cada una de sus ovejas ¡y a ninguna excluye de su infinito amor! Gracias.

 Éste fue el saludo del Papa:
Queridos hermanos y hermanas:
Retomando las reflexiones sobre la familia, deseo referirme hoy a la situación de los que tras la ruptura de su vinculo matrimonial han establecido una nueva convivencia, y a la atención pastoral que merecen.
La Iglesia sabe bien que tal situación contradice el sacramento cristiano, pero con corazón de madre busca el bien y la salvación de todos, sin excluir a nadie. Animada por el Espíritu Santo y por amor a la verdad, siente el deber de «discernir bien las situaciones», diferenciando entre quienes han sufrido la separación y quienes la han provocado.
Si se mira la nueva unión desde los hijos pequeños vemos la urgencia de una acogida real hacia las personas que viven tal situación. ¿Cómo podemos pedirle a estos padres educar a los hijos en la vida cristiana si están alejados de la vida de la comunidad? Es necesario una fraterna y atenta acogida, en el amor y en la verdad, hacia estas personas que en efecto no están excomulgadas como algunos piensan: ellas forman parte siempre de la Iglesia.
«No tenemos recetas sencillas», pero es preciso manifestar la disponibilidad de la comunidad y animarlos a vivir cada vez más su pertenencia a Cristo y a la Iglesia con la oración, la escucha de la Palabra de Dios, la participación en la liturgia, la educación cristiana de los hijos, la caridad, el servicio a los pobres y el compromiso por la justicia y la paz. La Iglsia no tiene las puertas cerradas a nadie!
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Saludo a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España y Latinoamérica. En la memoria litúrgica de la Dedicación de la Basílica de Santa María la Mayor, confiemos a la Madre de Dios a todas las familias. Muchas gracias.




A "discernir bien las situaciones" de personas en nuevas uniones, invitó el Papa, afirmando que son siempre parte de la Iglesia

(RV).- Después de la pausa estiva Papa Francisco presidió la audiencia general de los miércoles ante miles de peregrinos reunidos en el Aula Pablo VI del Vaticano. Durante su catequesis retomó las reflexiones sobre la familia y abordó “la situación de los que tras la ruptura de su vínculo  matrimonial han establecido una nueva convivencia, y a la atención pastoral que merecen”. El Obispo de Roma recordó que “la Iglesia sabe bien que tal situación contradice el sacramento cristiano, pero con corazón de madre busca el bien y la salvación de todos”. Por este motivo la Iglesia “animada por el Espíritu Santo y por amor a la verdad, siente el deber de «discernir bien las situaciones», diferenciando entre quienes han sufrido la separación y quienes la han provocado”. jesuita Guillermo Ortiz
Escucha la voz del Papa en español en la síntesis que hizo del tema, aquí
Texto completo de la Síntesis del Papa en español:
"Retomando las reflexiones sobre la familia, deseo referirme hoy a la situación de los que tras la ruptura de su vinculo  matrimonial han establecido una nueva convivencia, y a la atención pastoral que merecenLa Iglesia sabe bien que tal situación contradice el sacramento cristiano, pero con corazón de madre busca el bien y la salvación de todos, sin exclusión de nadie. Animada por el Espíritu Santo y por amor a la verdad, siente el deber de «discernir bien las situaciones», diferenciando entre quienes han sufrido la separación y quienes la han provocado.
Si se mira la nueva unión desde los hijos pequeños vemos la urgencia de una acogida real hacia las personas que viven tal situación. ¿Cómo podemos pedirle a estos padres educar a los hijos en la vida cristiana si están alejados de la vida de la comunidad? Es necesario una fraterna y atenta acogida, en el amor y en la verdad, hacia estas personas que en efecto no están excomulgadas: ellas forman parte siempre de la Iglesia.
«No tenemos recetas sencillas», pero es preciso manifestar la disponibilidad de la comunidad y animarlos a vivir cada vez más su pertenencia a Cristo y a la Iglesia con la oración, la escucha de la Palabra de Dios, la participación en la liturgia, la educación cristiana de los hijos, la caridad, el servicio a los pobres y el compromiso por la justicia y la paz. La Iglesia no tiene las puertas cerradas a nadie".
"Saludo a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España y Latinoamérica. En la memoria litúrgica de la Dedicación de la Basílica de Santa María la Mayor, confiemos a la Madre de Dios a todas las familias. Muchas gracias."

Francisco: Los divorciados vueltos a casar no están excomulgados como muchos piensan




El Papa continuó su catequesis sobre la familia y afrontó un tema que cada vez suscita más interés, y que será objeto del próximo Sínodo sobre la Familia de octubre: la atención pastoral a las personas divorciadas vueltas a casar.

Era la primera audiencia general del verano tras el parón de julio y Francisco habló con franqueza sobre la cuestión.

FRANCISCO
"La Iglesia sabe bien que estas situaciones contradicen el Sacramento cristiano. Sin embargo, su mirada de maestra siempre se apoya en el corazón de madre. Un corazón que, animado por el Espíritu Santo, busca siempre el bien y la salvación de las personas”.

El Papa explicó que es necesaria una "fraterna y sincera acogida en el amor y en la verdad” para estas parejas. Al contrario de lo que muchos piensan, dijo el Papa,no están excomulgadas, una frase que arrancó el aplauso de los peregrinos en elAula Pablo VI.

FRANCISCO
"Estas personas no están excomulgadas, ¡no están excomulgadas! Y nunca deben ser tratadas como tal: Son siempre parte de la Iglesia”.

También habló sobre los niños. Dijo que son los que más sufren en estas situaciones y que por eso, las comunidades cristianas deben ser especialmente cuidadosas a la hora de tratar a estas parejas.

FRANCISCO
"Además, ¿cómo podremos recomendar a estos padres que hagan de todo por educar a sus hijos en la vida cristiana, dándoles ejemplo de una fe convencida y practicada si los tenemos distanciados de la vida de comunidad?”

Por último, Francisco reconoció que no hay recetas sencillas para aplicar en estos casos. Explicó que las comunidades tienen que apoyar a estas parejas para que sigan su camino de fe a través de fórmulas como la oración, la caridad, la escucha de la Palabra de Dios o la educación cristiana de los hijos.

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