JESÚS BENDICE CON SU PRESENCIA LA BODA DE CANÁ
Por José María Maruri SJ
1. - Un signo, una señal puede ser una flecha en la cuneta del camino que señala una dirección. Puede ser una acción humana. Por la ancha acera de la madrileña calle de Serrano dos hombres se ven, se reconocen, se abalanzan y se palmotean estruendosamente la espalda. Esa acción es signo de la gran amistad que une a los dos hombres. Pero para otro hombre, como puede ser un japonés, que no conozca el signo, resulta una extraña manera de lucha amistosa en plena calle.
San Juan nos dice que el milagro del vino de Caná de Galilea fue un signo:
* Qué pensaron los novios, no lo sabemos. Tal vez se quedaron en un gran agradecimiento a un hombre que les evitaba la gran vergüenza de no haber sabido prever el número de invitados...
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