La justicia
es una virtud difícil,
muy difícil,
cuya práctica exige
una gran dosis de rectitud y de humildad.
Hay mucha gente que está dispuesta
a hacer obras de caridad,
a fundar un colegio,
un club para sus obreros,
a darles limosnas en sus apuros,
pero que no puede resignarse
a lo único que debe hacer,
esto es,
a pagar a sus obreros
un salario bueno y suficiente
para vivir como personas...
P. Alberto Hurtado
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